Siempre he sido un outsider a mi manera, empecé a estudiar fotografía por mi cuenta, por aquél entonces era analógica y yo solo y con ayuda de unos cursos por correspondencia aprendí las técnicas y trucos del cuarto oscuro, revelados a color y en blanco y negro, las técnicas de virado, y trucos de fotomontaje. También hice un curso presencial de unos tres meses con la fotógrafa sabadellense Margarita Molins. Apareció la fotografía digital y se abrió todo un campo de posibilidades, y todo el material analógico hubo que venderse en el Cash Converter, hecho que recuerdo por el poco dinero que me dieron. Pude comprarme, después de haber ahorrado, dispositivos y cámaras digitales. Y esa es la cosa.